Guíndillas en vinagra. El placer de crear de princio a fin.

 

Este año estamos muy contentos con la cosecha del huerto, especialmente con las guindillas, ¡está siendo un no parar de recoger y recoger!. A nosotros y a nuestro círculo cercano nos gusta mucho el picante, por eso no podían faltar. Además, son realmente difíciles de encontrar frescas en los mercados.

Embotar algo que tu has cultivado produce un placer difícil de explicar. El huerto y el hacer las cosas con tus propias manos provoca una sensación de bienestar muy sencilla pero muy potente.

Las guindillas se van embotando a medida que se van recogiendo. Nosotros esperamos a tener la cantidad necesaria para rellenar un bote, ya que van saliendo y creciendo de manera progresiva.

 

Para nuestra conserva necesitaremos:

- Guindillas de tamaño similar

- Envases de cristal con tapa.

- Vinagre de vino blanco.

- Sal.

- Agua.

 

Lo primero es lavar bien las guindillas y esterilizar los botes . Para esterilizar los botes y las tapas los introducimos en agua hirviendo durante 15 minutos y posteriormente los dejamos secar sobre un trapo limpio.

Una vez hecho esto llenamos los botes con una cuarta parte de vinagre + una cuarta parte de agua embotellada + una cucharadita rasa de sal. A continuación agitaremos la mezcla para que la sal se disuelva.

Hay que ir colocando las guindillas una a una, con el rabito hacia dejándolas bien apretadas. Si nos queda espacio, rellenamos con más vinagre hasta completar el bote.

Aunque debido al vinagre y la sal no sería necesario un proceso de vacío se puede hacer por seguridad ( las características de las guindillas no quedarán exactamente igual). Para hacer el vacío se meten los botes en una olla con agua hirviendo dejando las tapas asomando por fuera. Se mantiene en ebullición entre 15 y 30 minutos.

Tras tres meses de reposo , ya puedes disfrutar de tus lentejas con guindillas.

PD: En la foto se puede ver el resultado de nuestro bote. Hemos hecho la etiqueta desde la página https://www.jamlabelizer.com/ que te deja personalizarla y les hemos puesto la marca “La Casuca” ya que es como llamamos a la casa donde vivimos, trabajamos y tenemos el huerto.